A la muestra, en la galería El Reino de este Mundo, asistieron familiares de Benítez, quien nació en Santiago de Cuba en 1924 y falleció en La Habana en 2013, reconocido, además, como uno de los grandes de la pintura cubana del siglo XX.

Con obras de la colección familiar del artista, la curaduría estuvo a cargo del Centro Nacional de Artes Plásticas y de la hija del artista Surnai Benítez, quien habló de su padre, y su amor y dedicación, también por el arte del diseño y del dibujo.

En los lienzos exhibidos en esta exposición su autor manejó con soltura la difícil y milenaria técnica del plisado óptico o papiroflexia.

A través de la muestra se quiso representar la realidad, pero de una manera más poética y sobre imágenes, recordó la curadora.

Benítez estuvo varios años trabajando este tipo de «técnica» e hizo exposiciones con personajes que nombró papirotes, «criaturas» de papel a veces humanos y otras animales.

En la exposición «La poesía de las formas y el color» por el centenario del natalicio de Adigio Benítez se refleja la organicidad en la producción del artista. También fue reconocido por su faceta como caricaturista político.

Sobre sus cuatro cuadernos de poesía publicados, el artista se refirió en una ocasión a que prefería expresar sus sentimientos con palabras o con el color, recordaron en la presentación.

Benítez recibió en 1994 la orden Félix Varela de Primer Grado, máxima condecoración que otorga el Estado Cubano en el sector de la Cultura. Por su legado pedagógico mereció el Premio Nacional de la Enseñanza artística en 2003.

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