La fosa se derrumbó el pasado lunes en el remoto distrito de Shiroro, en el estado de Níger, después de que las fuertes lluvias suavizaran el suelo, y en los primeros momentos, las tareas de salvamento se vieron obstaculizadas por la acción de bandas criminales.
Fuentes médicas informaron ya la muerte de un trabajador, mientras más de 30 continúan desaparecidos, en tanto, algunos vecinos hablan de hasta 44 hombres sepultados, pero es una cifra aún sin confirmar.
Según la Agencia Estatal de Manejo de Emergencias en esa región nigeriana, la expansión de la fosa profunda para localizar a los trabajadores atrapados ha sido difícil.
La mina se derrumbó en el primer día de trabajo y existe gran tensión entre los familiares de las personas sepultadas.
Según las informaciones, el distrito Shirororo se encuentra en una zona rica en oro, tantalita y litio, donde también actúan grupos armados que asaltan aldeas y secuestran a residentes para luego pedir rescate.
La minería artesanal en los distritos de Shiroro, Manya y Rafi está prohibida por las autoridades pero los buscadores continúan su trabajo a pesar del peligro por los ingresos que les proporcionan, y ante el abandono obligado de sus hogares en las granjas por los azotes de los bandidos.
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