La iniciativa de las autoridades en esa urbe de la provincia del mismo nombre está en línea con una tendencia mundial sobre “despavimentarse para que la tierra respire”, destaca el canal Teletica.
El proyecto, primero de su tipo en la historia del país, es una colaboración entre las autoridades y la entidad Transición hacia una Economía Verde Urbana (TEVU), cuyas labores comenzaron en los alrededores de la iglesia de San Rafael.
Operarios de maquinaria trabajan allí para eliminar bloques de pavimento y abrir espacio para sembrar decenas de árboles y plantas pequeñas asociadas a su tierra vegetal, que poblarán el lugar en pocas semanas, añadió la televisora.
«Es una idea nunca antes experimentada en Costa Rica, remplazar el concreto por plantas, un hito que implica una reevaluación del entorno urbano», declaro el directivo de TEVU Fernando Rodríguez.
El proceso de despavimentación –explica el especialista- libera ese material y aplica un sistema de reemplazo de las estructuras urbanas de concreto y asfalto por elementos naturales.
Los árboles propuestos por los autores del proyecto tienen alturas promedio de 1,5 a dos metros, y deberán alcanzar los ocho metros en un lapso de cinco años, aseguró el promotor del ente Transición hacia una Economía Verde Urbana.
El grupo de gestores de la idea coordina también con la Municipalidad de San José para extenderla hacia allí y gestiona con las autoridades de ciudades vecinas como Alajuela para otras formas de aplicación del proyecto.
Según expertos, reemplazar el concreto y el asfalto por elementos naturales como plantas y tierra influye en la reducción del calor de las ciudades y en la mitigación del riesgo de corrientes de agua.
«Ayuda a la infiltración de la lluvia –asevera la arquitecta de TEVU Sofía Richmond- y ello disminuye el riesgo de inundaciones, especialmente en áreas altamente pavimentadas. Además, al agregar vegetación, disminuye el efecto de las islas de calor generadas por la pavimentación urbana».
Otro beneficio importante –agregó la investigadora- es que la introducción de árboles nativos promueve la biodiversidad y fortalece las conexiones ecológicas, lo cual juega con las políticas gubernamentales sobre la protección de la naturaleza.
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