El sondeo de la empresa Ipsos indica que 84 por ciento de los consultados prefiere renovar pronto al Ejecutivo y el Legislativo y no esperar a las elecciones generales previstas para 2026, cuando termina el quinquenio de gobierno iniciado por Pedro Castillo, reemplazado por Boluarte en diciembre de 2022 por sucesión constitucional.
Además, la otra vía del final anticipado del Gobierno, la vacancia presidencial por el Congreso, si bien encuentra rechazo mayoritario en el Parlamento, es materia de comentarios sobre su factibilidad tanto en este escenario como en los medios de prensa. La encuesta de Ipsos consigna además que la presidenta tiene solo 6,0 por ciento de aprobación y 90 por ciento de desaprobación, cifras parecidas a las de otras encuestadoras privadas como el Instituto de Estudios Peruanos, Datum y CPI.
Los resultados de los sondeos contradicen claramente declaraciones gubernamentales que proclaman que la administración Boluarte tiene un gran desempeño y ponen en duda la rigurosidad de las encuestas y minimizan su importancia.
“No les resto importancia, pero no me quitan el sueño”, dijo sobre los resultados de los sondeos el ministro del Interior, Juan José Santiváñez, quien añadió que a él lo desvela su trabajo por la seguridad ciudadana, en crisis por el desborde de la criminalidad.
“Nosotros no trabajamos en base a la popularidad de la gente”, agregó y señaló que al final del gobierno la historia juzgará la labor cumplida por los miembros del Ejecutivo actual.
El ministro de Educación, Morgan Quero, dio pie a críticas y mofas por alabar la gestión de la mandataria al punto de señalar que, como el Congreso ha aprobado la reelección de parlamentarios, gobernadores regionales y alcaldes, “ Haremos una reflexión también para que se pueda dar una reelección presidencial”.
El primer ministro, Gustavo Adrianzén, y Quero, coincidieron en que los ministros sienten en el interior del país que hay aprobación a lo que llaman la obra de la mandataria y su gobierno.
Para Adrianzén, Boluarte pasará a la historia pero no por ser la presidenta más impopular que se recuerde en Perú, sino por haber sido la primera mujer que gobernó el país y por su desempeño como jefa de Estado.
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