Una misión caracterizada por años de pruebas y demoras, tanto en su despegue desde nuestro planeta y ahora en su retorno, tenía fecha para este 18 de junio; pero los expertos de la NASA y Boeing, a cargo de la conocida como Prueba de Vuelo de Tripulación (CFT), argumentaron que esperarán para “dar tiempo a los equipos de observar los datos, hacer más análisis y asegurarse de que realmente están listos para regresar a casa”.
De acuerdo con el portal web, Space, están utilizando el tiempo adicional para continuar evaluando los problemas de los propulsores que interfirieron con el primer con el primer intento de acoplamiento de Starliner al complejo orbital el 6 de junio y esperando a que se realice una caminata espacial de mantenimiento de la Estación Espacial Internacional que tendrá lugar el próximo día 24.
Steve Stich, gerente del Programa de Tripulación Comercial de la NASA, explicó que durante la misión surgieron varias fugas de helio nuevas y se está realizando un estudio para averiguar qué sucedió.
La fuga de helio en la plataforma de lanzamiento no fue un problema de seguridad inmediato, pero al investigarlo más a fondo, la NASA y Boeing descubrieron una vulnerabilidad de diseño en el sistema de control de reacción (RCS) que podría afectar la reentrada de Starliner, detalló el sitio online.
Por otro lado, los veteranos astronautas de la NASA, Barry Wilmore y Suni Williams, que viajaron en Starliner, han estado probando los distintos sistemas de la nave en órbita, y los equipos de tierra continúan investigando los datos para entender mejor los problemas de los propulsores y las fugas de helio.
Además, los expertos añadieron que, si la caminata espacial del 24 de junio se retrasa nuevamente, el desacoplamiento de Starliner sería la prioridad y los astronautas de la NASA que realizan ese proceso esperarían hasta después de la salida de la nave para su actividad extravehicular.
El aterrizaje de la misión está programado para hacerse en el Puerto Espacial White Sands en Nuevo México.
mem/cdg





