Coordinado por el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAPA), el programa cuenta con el apoyo de las carteras de Desarrollo Agrario y Agricultura Familiar y de Pesca y Acuicultura, además de la colaboración técnica de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
Según uno de los sitios noticiosos de la Conferencia de Naciones Unidas sobre el Clima (COP30), la iniciativa RAIZ surge como respuesta a un desafío global de proporciones alarmantes: según la ONU, alrededor de dos mil millones de hectáreas de tierras se encuentran degradadas, lo cual afecta a unos tres mil 200 millones de personas.
En tanto, la FAO advierte que cada año se pierden cerca de 10 millones de hectáreas de selvas, mientras que datos del Global Forest Watch (2024) revelan que la deforestación de bosques tropicales primarios alcanzó los 6,7 millones de hectáreas el último año.
Brasil propone en este contexto articular un esfuerzo colectivo basado en la restauración de suelos, la reforestación y la innovación tecnológica como pilares de una agricultura resiliente y climáticamente inteligente.
Uno de los ejes de la RAIZ será ampliar experiencias exitosas nacionales, como el programa Camino Verde, que ya demostró capacidad para revertir procesos de erosión, reducir emisiones y generar ingresos sostenibles en comunidades rurales.
Durante la presentación, representantes del gobierno brasileño destacaran que la iniciativa reafirma el compromiso del país con el multilateralismo, la acción climática inclusiva y la implementación de los objetivos del Acuerdo de París, especialmente aquellos vinculados a la neutralidad de carbono y la protección de los ecosistemas agrícolas.
«La agricultura puede y debe ser parte de la solución climática», señalan autoridades del MAPA y subrayan que RAIZ busca unir a países, organismos internacionales y actores privados en torno a un nuevo paradigma de desarrollo rural sustentable.
Con esta propuesta, Brasil se posiciona como líder regional en restauración ambiental y agricultura regenerativa, y ofrece un ejemplo concreto de cómo las naciones pueden avanzar simultáneamente hacia la seguridad alimentaria, la reducción de la pobreza y la estabilidad climática.
La RAIZ, más que una política nacional, se perfila como una plataforma global de cooperación, coherente con los principios de la COP30: restaurar la confianza en el sistema multilateral y acelerar la transición hacia un planeta sin degradación de tierras y con oportunidades sostenibles para todos.
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