El rotativo destacó que la última víctima mortal ocurrió ayer, cuando un hombre, identificado como Ali Raed, fue baleado frente a su hija de ocho años en la localidad de Qalansawe, en el centro del país.
Las cifras de Levy son completamente falsas, este es el año más sangriento para nuestra comunidad, respondió Khaled, hermano de la víctima.
Queremos que la policía enfrente a la delincuencia porque hemos perdido la seguridad, mientras las armas se convirtieron en una amenaza para nuestras familias y hogares, subrayó.
El periódico resaltó que el récord negativo hasta la fecha fue 2023, cuando se contabilizaron 244 asesinatos de miembros de esa minoría, integrada por poco más de dos millones de personas, aunque el año pasado también fue alta con 237.
En febrero, el alcalde de Lod, Yair Revivo, atacó al Gobierno por la falta de acciones claras para combatir la violencia y a las bandas criminales que azotan a la minoría, que representa poco más del 21 por ciento de la población total.
“El Estado de Israel decidió implementar el plan del presidente estadounidense, Donald Trump, solo que mejorado: reducir la población de árabes-israelíes”, denunció en forma irónica en la red social X.
Revivo hizo alusión así a la propuesta de Trump de expulsar a la población palestina de la Franja de Gaza, que provocó duras críticas en Oriente Medio y en el resto del mundo.
En lugar de transferirlos, lo cual es un gran dolor de cabeza, les permitimos que se maten entre ellos, expresó el alcalde.
Los descendientes de los palestinos que no fueron expulsados de sus tierras tras la creación del Estado judío, en 1948, denuncian desde entonces que son tratados como ciudadanos de segunda.
Una encuesta realizada en marzo de 2022 reveló que el 94 por ciento de los árabes que viven en Israel sufrieron en alguna ocasión el racismo y la discriminación de la mayoría judía.
Muchos líderes comunitarios culpan a la policía por ignorar y hasta tolerar a poderosas organizaciones criminales.
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