Articulada por el movimiento «Mulheres Vivas», la movilización nacional estalló después de una serie de crímenes que conmocionaron a la nación, entre ellos el asesinato de la cabo del Ejército Maria de Lourdes Freire Matos en Brasilia y los homicidios ocurridos en Sao Paulo y Santa Catarina en los últimos días.
En Sao Paulo, la Avenida Paulista volvió a convertirse en punto de referencia del clamor popular. Cientos de manifestantes marcharon exhibiendo carteles con consignas como «ninguna será olvidada», recordando casos recientes como los de Daniele Guedes Antunes, de 38 años, y Milena de Silva Lima, de 27, ambas asesinadas por exparejas.
«Todas merecen dignidad, todas merecen protección», afirmó la diputada federal Erika Hilton, quien participó de la protesta. «Tomamos la calle para gritar lo que el Estado insiste en no escuchar», vociferó.
En Río de Janeiro, la concentración reunió a cientos de personas en un estado que ya contabiliza 79 feminicidios y 242 intentos en lo que va de año. La protesta coincidió con un nuevo ataque: Aline Nascimento, víctima de un excompañero que anteriormente intentó lanzarla por la ventana de un cuarto piso.
Brasilia también salió a las calles. En la céntrica Torre de TV, mujeres denunciaron la violencia institucional que, aseguran, facilita la repetición de crímenes. Allí se repitió el reclamo por justicia para la cabo Maria de Lourdes Freire Matos, asesinada el viernes por un soldado que después incendió parte del cuartel.
La marcha en Florianópolis rindió homenaje a la profesora Catarina Kasten, violada y asesinada el 21 de noviembre. Su caso volvió a encender la indignación por la brutalidad de la violencia de género en Santa Catarina.
Belo Horizonte convocó a decenas de colectivos feministas para marchar desde la Plaza Raul Soares. «Basta de feminicidio» y «no me mates» fueron las frases más repetidas. Las organizadoras denunciaron impunidad, negligencia estatal y falta de políticas integrales de prevención.
Las protestas reforzaron además información sobre medidas de protección, un recurso que puede solicitarse incluso antes de que ocurra un delito: situaciones como celos excesivos, persecución o control económico ya permiten pedir amparo inmediato.
El pedido debe ser enviado al Poder Judicial en un plazo de 48 horas y su incumplimiento es considerado crimen. Hasta las fecha se registran en 2025 más de mil 180 feminicidios.
La ola de manifestaciones dejó un mensaje claro: Brasil enfrenta una emergencia de género que dejó de ser una estadística para ocupar el centro del debate público. El país, gritaron este domingo miles de voces, no puede seguir naturalizando la muerte de sus mujeres.
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