En su discurso ante el Consejo de Seguridad de la ONU, reunido la víspera, señaló que la nueva ofensiva lanzada por la Alianza del Río Congo-Movimiento 23 de Marzo (AFC/M23) en la provincia de Kivu Sur “ha reavivado el espectro de una conflagración regional con consecuencias incalculables”.
Según reseñó Radio Okapi, Lacroix alertó que los recientes acontecimientos plantean “un grave riesgo de fragmentación de la RDC, en especial en las provincias del este del país, donde además los rebeldes han establecido administraciones paralelas.
“El debilitamiento de la presencia estatal en ciertas zonas está alimentando una dinámica que amenaza directamente la unidad, la soberanía y la integridad territorial de la RDC. Al mismo tiempo, el conflicto se está regionalizando cada vez más”, sostuvo el secretario general adjunto.
Otro aspecto que resulta negativo, apuntó, es la participación directa o indirecta de fuerzas armadas y grupos de países vecinos, lo cual incrementa el peligro de la expansión de las confrontaciones, que podrían afectar a toda la Región de los Grandes Lagos.
A pesar de los acuerdos firmados en Washington, Estados Unidos, entre los presidentes de RDC y Ruanda, este país ha estado apoyando la ofensiva de la AFC/M23 en el este congoleño, que llevó a la toma de la ciudad de Uvira el 10 de diciembre, capital provisional de Kivu Sur y ciudad próxima a la frontera con Burundi.
Burundi también ha denunciado bombardeos hacia su territorio desde suelo ruandés, y además cerró las fronteras con la RDC, luego de la toma de la mencionada urbe.
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