En Mali solo en los primeros cuatro días del mes en curso fallecieron 102 personas, en su mayoría pacientes de varias enfermedades que no resistieron el golpe de calor, acorde con informes del Ministerio de Salud.
La cifra es casi la misma que el total de fallecidos durante una situación climática similar en 2020, calificada en su momento de sin precedentes.
Desde fines de marzo pasado los termómetros en Benín, Burkina Faso, Cabo Verde, Costa de Marfil, Gambia, Ghana, Guinea, Guinea-Bisáu, Liberia, Malí, Mauritania, Níger, Nigeria, Senegal, Sierra Leona y Togo marcan por encima de los 40 grados y lo peor está por venir, según los pronósticos.
Para este viernes, por ejemplo, el vaticinio de los servicios meteorológicos malienses es de 41 grados durante el día, que en este país y en los restantes de la zona, va del alba a las 19:00, más de 12 horas durante las cuales no hay cómo evadir el calor pues los cortes eléctricos duran hasta 18 horas.
La situación permanecerá sin cambios durante los próximos siete días aunque ese lapso puede extenderse, advierten los especialistas impotentes ante el fenómeno, consecuencia del cambio climático provocado por la actividad humana.
Mientras, por paradójico que resulte, en el sur del continente varios países sufren catastróficas inundaciones, entre ellos Tanzania donde cientos de familias perdieron todo, y, por contraste, Zimbabwe, en el que rige el estado de catástrofe nacional por la inclemente sequía.
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