Tras las preocupaciones generadas sobre la seguridad regional, el primer ministro Phillip Davis destacó la terrible situación de la nación francófona, donde bandas armadas perturban gravemente la estabilidad del país, atacando infraestructura y creando una crisis humanitaria.
Con el colapso de la ley y el orden en muchas áreas, los disturbios en Haití presentan un importante desafío de seguridad no sólo para sí mismo, sino también para las naciones vecinas, precisó el titular en su alocución a la prensa nacional.
Respecto al reforzamiento de las capacidades de defensa para salvaguardar sus fronteras, las Bahamas aumentó las patrullas en miles de kilómetros de agua, en tanto las inversiones en la Real Fuerza de Defensa de las Bahamas permitieron el lanzamiento de una operación de bloqueo en el sur de la isla, centrándose en zonas cercanas a Haití.
La operación incluye el despliegue de barcos, aviones y personal capacitado, con el objetivo de monitorear e interceptar embarcaciones provenientes de Haití de manera efectiva en colaboración internacional con Estados Unidos, Reino Unido, la Guardia Costera estadounidense, las Islas Turcas y Caicos y la Patrulla Fronteriza cubana para compartir inteligencia y coordinar esfuerzos.
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