Cable submarino, ¿nuevo conflicto entre Grecia y Türkiye?

Atenas, 9 sep (Prensa Latina) Las declaraciones del canciller griego, Giorgos Gerapetritis, sobre operaciones para tender un cable submarino hasta Chipre e Israel, pese a la “probable resistencia de Türkiye¨, vaticinan el renacer de un conflicto bilateral de larga data.

Historia, tradición y fronteras unen a esas dos naciones europeas, pero esas mismas razones han llevado a ambos países a desacuerdos diplomáticos, que, en ocasiones han rozando la línea del conflicto armado.

Ninguna potencial amenaza nos impide tomar decisiones que responden a los intereses nacionales (…). Si Türkiye o cualquier otro país decide poner trabas al proyecto (del tendido del cable), están previstas consecuencias muy concretas, dijo el ministro de Relaciones Exteriores heleno a la emisora de radio Parapolitika.

Tras confirmar la continuación del tendido del cable por Grecia, el canciller reconoció que últimamente surgieron “problemas técnicos y económicos vinculados con la viabilidad del proyecto”.

Cuando la energía es cara, hay interesados en que siga siendo cara (…). Nosotros usaremos con firmeza todos los recursos disponibles para impedir que unos intereses privados minen el proyecto, dijo Gerapetritis.

Al referirse a las relaciones greco-turcas, señaló que su país está dispuesto a mantener el diálogo, pero no hará concesiones territoriales.

Sus palabras aluden a uno de los temas álgidos en las relaciones bilaterales: el relativo a los límites marítimos y al derecho de explotación de los recursos en zonas determinadas del mar Mediterraneo. No habrá concesiones con respecto a nuestras fronteras nacionales, subrayó.

El proyecto Great Sea Interconnector, llamado anteriormente EuroAsia Interconnector, supone el tendido de un cable submarino de corriente continua de alta tensión y de potencia de dos mil megavatios entre Grecia, Chipre e Israel y su costo ronda los mil 570 millones de euros.

El tendido del cable ya provocó discordias entre este país y Chipre por el monto que debe aportar este último y también en materia de riesgos geopolíticos.

Según Nicosia existe la posibilidad de que Ankara pueda frustrar la realización del proyecto, porque el cable pasa por un sector que ese país considera zona exclusiva, basándose en un acuerdo turco-libio sobre la delimitación de zonas marítimas, al que Grecia califica de inválido desde el punto de vista jurídico.

En abril Türkiye manifestó su rechazo a la iniciativa y la calificó como una acción unilateral que vulnera el derecho internacional.

Según fuentes de seguridad citadas en su momento por el diario Türkiye, Ankara reaccionaría con “contundencia” ante lo que considera un intento de imponer «hechos consumados» en el Mediterráneo Oriental.

El gobierno del país euroasiático sostiene que estas actividades «violan claramente el derecho internacional y las normas básicas relativas a las jurisdicciones marítimas», especialmente en una región donde aún no se establecieron consensos sobre los límites de la plataforma continental y la zona económica exclusiva.

Antes el ejecutivo turco expresó, en foros internacionales, que ese tipo de iniciativas contradicen tanto la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar como los principios de buena vecindad.

Para Ankara, cualquier avance en la delimitación marítima o proyectos energéticos en la región deben contar con el acuerdo de todas las partes implicadas.

rc/ehl

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