Si bien el arroz, el pan, los huevos y otros alimentos no incluyen el pago de ese gravamen, a partir del 1 de abril el valor del 57,94 por ciento de los productos de la canasta básica será mayor porque sí está gravado con el IVA.
«El aumento de los precios impacta directamente en la demanda, y aunque se busque recaudar más con esta medida, es probable que no sea efectiva debido a la disminución del consumo», explicó Andrés Camacho, vicepresidente de la Agremiación de Restaurantes de Pichincha
Entretanto, los comercios aprovechan los días previos al 1 de abril -fecha en que el IVA aumentará del 12 al 15 por ciento- para realizar promociones y así atraer clientes al menos este mes.
«25 por ciento de descuento», «50 por ciento de descuento» o «No cobramos IVA», se lee en varios establecimientos donde venden electrodomésticos o ropa, también en supermercados.
Con la subida del IVA el Gobierno prevé recaudar unos mil 300 millones de dólares adicionales.
Sin embargo, el movimiento político Unidad Popular presentó este jueves la primera demanda de inconstitucionalidad contra una parte de la denominada Ley para enfrentar el conflicto armado interno, que incluye la subida del IVA.
La organización argumentó que el texto es ilegal porque la reforma no constaba en el proyecto inicial, sino que fue incluida en la objeción parcial del presidente Daniel Noboa a lo aprobado por la Asamblea Nacional.
En la demanda, Unidad Popular pidió medidas cautelares a la Corte Constitucional para que el incremento del IVA no entre en vigencia desde el 1 de abril.
Para el exministro de Economía Marco Flores, subir ese impuesto forma parte de la receta del Fondo Monetario Internacional (FMI) para Ecuador, cuyo gobierno aspira a un nuevo crédito.
El experto afirmó que para el desembolso también son necesarias otras medidas de corte neoliberal, entre ellas la venta de todo tipo de combustibles a precio internacional, incluidos aquellos de producción nacional y las privatizaciones.
Toda una serie de “metas” monetarias y fiscales que determinan la fuerte contracción del gasto e inversión públicos, crecientes reservas internacionales que garanticen el pago oportuno de la deuda pública externa y la socialmente muy destructiva «austeridad expansiva» que el FMI siempre exige, subrayó Flores.
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