Al intervenir en la 30 Conferencia de las Partes sobre el Cambio Climático (COP30), el mandatario manifestó que la cita debe convertirse en un punto de partida para poner en marcha la voluntad común de legar a las generaciones futuras un planeta donde será bueno vivir.

Para ello, apuntó, es preciso actuar con responsabilidad con los compromisos contraídos en citas anteriores y ejercer la justicia climática, pues las naciones que menos han contribuido al calentamiento global son los que más experimentan sus consecuencias.

Nuestras poblaciones son afectadas por las inundaciones, las sequías extremas, la erosión de los suelos y la inseguridad alimentaria, a la vez que deben lidiar con un financiamiento insuficiente para la mitigación, adaptación y prevención, por lo que llamó a un reequilibrio de los financiamientos en función de este fenómeno.

Tshisekedi catalogó la agresión que sufre la RDC como una guerra ecológica, pues destruye el país y los bosques, de ahí que catalogó el conflicto como un crimen también contra el ambiente y el clima.

El jefe de Estado congoleño significó que su país es un “país solución” frente a la crisis climática que vive el planeta, y comentó las políticas que impulsan para proteger los enormes recursos naturales que posee y que son vitales para la biodiversidad global y la absorción de dióxido de carbono.

Mencionó en tal sentido la iniciativa del Corredor Verde Kivu-Kinshasa, que calificó de “estructurante y ambiciosa”, pues combina el desarrollo con la conservación y resulta una estrategia integral que involucra a las comunidades con la gestión sostenible.

El programa refuerza, además, la gestión local y organiza una economía circular en favor del bosque y no contra el bosque, porque en ellos se encuentra el corazón de la regulación climática del planeta, añadió.

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