Parte de la Encuesta Nacional Continua por Muestreo de Hogares, el informe del Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE) revela que el número representa una subida de 34 mil personas respecto a 2023, lo que significa un incremento del 2,1 por ciento en un año.

A pesar del repunte reciente, el balance histórico muestra un descenso del 21,4 por ciento en los casos entre 2016 y 2024. El porcentaje actual alcanza un 4,3 por ciento de la población infantil y adolescente del país.

En comparación, en 2016 esa proporción había llegado al 5,2 por ciento. En 2023, la tasa era de 4,2. Aunque la tendencia sigue siendo de reducción, la cifra del pasado año enciende señales de alerta.

La investigación indica además que los adolescentes de 16 y 17 años concentran la mayor incidencia. En este grupo, la proporción de trabajadores infantiles pasó del 14,7 por ciento en 2023 al 15,3 en el siguiente calendario.

Casi la mitad de esos jóvenes (49,2 por ciento) trabajaba al menos 25 horas semanales, y tres de cada 10 cumplían jornadas iguales o superiores a las 40 horas, similar a un empleo formal de adultos.

El impacto en la educación es evidente: mientras el 97,5 por ciento de los niños de cinco a 17 años asistía a la escuela, la proporción caía al 88,8 por ciento entre quienes estaban en situación de trabajo infantil.

La diferencia resulta aún más marcada entre los adolescentes mayores, pues el 90,5 por ciento de los jóvenes de 16 y 17 años estudiaba, frente a apenas el 81,8 de quienes trabajaban.

Tales datos muestran que los varones representan dos tercios (66 por ciento) de los casos, con un peso equivalente entre niños y adolescentes negros y mestizos. En contraste, los blancos constituyen apenas un 32,8 por ciento del total.

En términos regionales, los mayores aumentos se registraron en el sur del país (13,6 por ciento) y el nordeste (7,3). El norte fue la única región que mostró una reducción significativa, con una caída del 12,1 por ciento.

Sin embargo, el nordeste, resultó el que acumuló el mayor descenso histórico, con una reducción del 27,1 por ciento desde 2016. El centro-oeste, en cambio, fue la única región con alza acumulada en el período (siete por ciento).

La encuesta también reveló que más de la mitad (54,1 por ciento) de los menores de cinco a 17 años realizaba tareas domésticas o de cuidado en 2024, una forma de labor no siempre reconocida, pero persistente.

En paralelo, 560 mil niños y adolescentes trabajaban en actividades de la llamada Lista TIP, que identifica las peores formas de trabajo infantil. Aunque la cifra es la más baja de la serie, sigue siendo preocupante.

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