En una jornada de encuentros del presidente Emmanuel Macron y el primer ministro Gabriel Attal con dirigentes de sindicatos del sector, retornó con fuerza la idea del regreso de las protestas, con el Salón de la Agricultura de París como aparente fecha límite.
Estamos listos para volver a la acción, si las respuestas no están a la altura de nuestras expectativas, que son altas, dijo a la prensa el presidente de la Federación Nacional de Sindicatos de Agricultores de Francia (Fnsea), Arnaud Rousseau, después de reunirse con Attal.
De acuerdo con Rousseau, no será aceptable que el jefe de Estado llegue solo con buenos discursos al Salón de la Agricultura, evento que arrancará el 24 de febrero en el recinto ferial de la Puerta de Versalles.
Ni desconfianza, ni complacencia con el Gobierno, subrayó el sindicalista, quien admitió que todas las cosas no podrán resolverse en tres días.
Los campesinos pusieron en jaque al Ejecutivo entre el 18 de enero y el 1 de febrero último con los bloqueos con tractores de autopistas del país y otras acciones, en demanda de respuestas ante los bajos salarios, el impacto de la inflación, los trámites burocráticos excesivos, la competencia desleal, la desigualdad y las muy severas normas europeas ambientales.
Attal anunció tres paquetes de medidas para tratar de frenar el malestar, con ayudas, relajación de trámites, incremento de los controles para evitar pérdidas en las relaciones comerciales y el compromiso de no apoyar el acuerdo Unión Europea-Mercado Común del Sur.
Macron recibió este martes en el Palacio del Elíseo a dirigentes de la Coordinación Rural y la Confederación Campesina.
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