En un discurso este martes en la 55ª Sesión del Consejo de DDHH, el titular venezolano del Exterior comentó sobre el marco de cooperación y asistencia técnica que desde el 2019 impulsó la República Bolivariana con la oficina instalada en Caracas.
Lamentó que el equipo de dicha oficina en su país se alejara de su mandato de imparcialidad, al desarrollar acciones impropias y erigirse en una suerte de “bufete particular” de grupos golpistas y terroristas, lo cual obligó, dijo, a suspender sus actividades en Venezuela hasta que se tomen los “correctivos pertinentes”.
El gobierno bolivariano anunció el 15 de febrero último el cierre y expulsión en 72 horas de los 13 funcionarios que laboraban en esa instancia por su “actitud claramente sesgada y parcializada”.
La decisión de suspender las actividades de dicha oficina incluye la revisión integral, en los próximos 30 días, de los “términos de cooperación técnica” descritos en la carta de entendimiento firmada en 2019.
Gil señaló ante el Consejo de DDHH que resulta sorprendente que la Oficina del Alto Comisionado “no haya sido capaz de pronunciarse ni una vez” ante las denuncias sustentadas del gobierno venezolano de intentos de golpes de Estado y magnicidio, recientemente frustrados.
Por el contrario, asevero, la Oficina se hizo eco de la campaña de sectores radicales que continúan atacando las instituciones y al Gobierno de Venezuela.
Remarcó que no obstante a es bochornoso comportamiento, la República Bolivariana planteó “un proceso de discusión” con esa Oficina para llevar la cooperación técnica al nivel que corresponde, sin injerencias ni participaciones políticas.
El Ejecutivo venezolano, insistió, sigue interesado en mantener una colaboración técnica de alto nivel con la Oficina del Alto Comisionado y trabajar de manera conjunta para garantizar el respeto de los derechos de todos los venezolanos sin exclusión.
Gil llamó a los miembros del Consejo y a todos los países del sistema internacional a retomar el mandato y la vocación del respeto a la Declaración de los Derechos Humanos que “nos obliga a mantener una conducta proba, recta, sin politización y sin injerencia en los Estados”.
El canciller recordó el levantamiento popular histórico del pueblo venezolano del 27 de febrero de 1989, llamado el Caracazo, y aseveró que fue contra las medidas neoliberales recetadas por el Fondo Monetario Internacional.
Aprovechamos nuestra presencia en esta sesión para homenajear a los mártires que enfrentaron con dignidad, las continuas vejaciones a sus derechos sin el apoyo de un sistema universal de los DDHH que, como seguimos denunciando, no está diseñado a para proteger a los pueblos, sino a oscuros intereses, apuntó.
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