Al intervenir en el acto en el Palacio Nacional de la Cultura, el mandatario remarcó que su administración no tolera ese flagelo y que durante muchos años la población fue testigo de cómo la corrupción se robaba el dinero destinado a proveerle servicios básicos.
Vimos cómo destruyó las estructuras del servicio civil del Estado, usando las plazas de trabajo como botín para el pago de favores del gobierno de turno y no como el mecanismo mediante el cual se entregan los servicios que el pueblo de Guatemala necesita, expresó.
Describió que todos se indignaron al saber que con los impuestos que paga la ciudadanía, en el contexto de un pueblo que vive con condiciones de pobreza todavía en su mayoría, iban a las manos de los liderazgos políticos.
Arévalo precisó que era para el enriquecimiento de estos, sus familias, camarillas, o para usarlos en las elecciones y de esa manera mantener vivo el sistema de cooptación corrupta del Estado, subrayó.
“Sin ningún escrúpulo, se utilizó el dinero de gente pobre para llevar a los corruptos al poder, para enriquecerse a costa de la educación, de la salud, de la vida y del desarrollo del pueblo”, señaló.
Sin embargo, agregó, la ciudadanía le puso un alto a este ciclo vicioso eligiendo a su Gobierno y rompió la espiral de corrupción que alimentaba el sistema a costa del bienestar de los guatemaltecos.
“Cuando asumimos el reto de administrar este país lo hicimos sabiendo que la prioridad número uno sería cerrar el chorro de los recursos públicos a los corruptos”, añadió el político de 65 años, exdiplomático y sociólogo de profesión.
Pero también, aseveró, que es nuestra responsabilidad ser el parteaguas de un cambio que logre erradicar la corrupción de la cultura institucional y colectiva del país, para generar un cambio sistémico sostenible, planteó.
Este Gobierno no tolera la corrupción, Guatemala no puede volver a tolerar ese fenómeno, afirmó Arévalo, quien asumió el pasado 14 de enero con ese combate, incluso, como la principal promesa de campaña.
Queremos –enfatizó el jefe de Estado- cambiar la historia, que seamos reconocidos como un Estado de oportunidades, de gente decente y trabajadora y que nunca más su imagen sea oscurecida por unos pocos liderazgos corruptos, que no merecen estar en nuestra memoria.
Pasa por sanar y fortalecer los buenos jefes para que dejen de estar en la resistencia, y estén junto con la administración, en el cambio que las personas nos exigen, uno que todos los guatemaltecos decentes podemos impulsar, consideró.
Por ello, dijo sentirse orgulloso de presentar la nueva Comisión, “una institución que no será más una forma de anestesia para adormecer el clamor del cambio que exigen los guatemaltecos, sino que actuará para prevenir y erradicar las prácticas corruptas”, concluyó Arévalo.
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