Entre otros, el representante mencionó la economía incipiente que agrava las luchas por los recursos y provoca un alto desempleo especialmente en los jóvenes.
Al mismo tiempo, la competencia política entre la élite gobernante, el aumento de los enfrentamientos entre comunidades y la tensión adicional por la afluencia de quienes escapan del conflicto en el vecino Sudán impactan en el escenario previo a los comicios.
Estos factores adelantan un entorno de tensiones elevadas y espacio cívico y político restringido en el país de cara a las urnas, alertó el representante tras una reciente visita a la nación en febrero.
«Si no se gestionan con cuidado, conllevan el potencial de generar violencia con consecuencias desastrosas para un país ya de por sí frágil y para la región en general», afirmó.
A juicio del alto representante, “tal como están las cosas, Sudán del Sur no está listo para elecciones y queda mucho por hacer”.
Aunque las Naciones Unidas no pueden opinar sobre la pertinencia de la convocatoria, sí evalúa la actuación del Gobierno de Transición para establecer la arquitectura necesaria para unas elecciones pacíficas y creíbles, de acuerdo con los términos del acuerdo de paz, insistió.
Lacroix consideró un acuerdo de paz como único marco viable para la estabilidad en Sudán del Sur.
Para ello, consideró imperativo armonizar la posición de la ONU sobre cuestiones políticas clave con las del bloque de desarrollo regional de África Oriental, IGAD y la Unión Africana.
Ambas organizaciones apoyaron la convocatoria a los comicios, por lo que la ONU ofrecerá tanto apoyo como sea posible de acuerdo con su mandato, confirmó el subsecretario.
A pesar de las condiciones actuales, si los partidos muestran voluntad política e invierten oportunamente los recursos adecuados, todavía se podrán celebrar elecciones creíbles antes de que finalice el período de transición, consideró Lacroix.
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