A medida que los alimentos, el combustible, el agua potable y los suministros médicos escasean, las enfermedades, el hambre severa y la desnutrición aguda aumentan, particularmente entre las más de 155 mil mujeres embarazadas, lactantes y bebés, señaló el organismo en un comunicado.
Solo 12 de los 36 hospitales en el enclave costero todavía funcionan parcialmente, pero apenas dos prestan servicios de maternidad, apuntó el texto.
El FPNU señaló que “en medio de este caos y catástrofe, unas 180 mujeres dan a luz cada día”.
Desde la escalada de hostilidades en octubre del pasado año, alrededor de 1,7 millones de personas fueron desplazadas en el territorio, de los cuales 1,5 millones se refugiaron en la sureña ciudad de Gaza, detalló.
Esas cifras significan que el riesgo de infección y propagación de enfermedades transmisibles se disparó, explicó el doctor Mohamed Ragab, quien antes del conflicto trabajaba como ginecólogo y obstetra en el Complejo Médico Nasser, ubicado en la urbe de Khan Younis.
“La mayoría de los casos que afrontamos son infecciones del tracto urinario por falta de agua potable. Algunas mujeres tienen infecciones ginecológicas e infecciones en el pecho por estar expuestas al frío”, indicó.
Pero después del bombardeo a la instalación en febrero último, hasta 70 mujeres al día visitan al médico en una tienda de campaña instalada en un campamento para 40 mil personas en Rafah, explicó el Fondo de Población.
Advirtió que a medida que el conflicto avanza, el acceso es cada vez más complicado y aumentan las emergencias obstétricas y los nacimientos prematuros.
Según la jefa de la oficina del FPNU en Gaza, Judith Starkulla, “Gaza está en un punto de ruptura”.
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