El analista ecuatoriano René Ramírez abordó en su conferencia: “Ni inteligente, ni artificial: Del Facebook al face to face en tiempos de dictaduras democráticas”, cómo los algoritmos de las redes sociales van modificando la personalidad de los ciudadanos, hasta el punto de enajenarlos de la realidad.
Alertó sobre la peligrosidad de esta conducta, porque la ciudadanía cree ciegamente en lo que ve en las redes sociales y no en su propia realidad, y el desafío que esto representa para los medios alternativos.
Por su parte, el panel: “Las formas de la participación política en la sociedad interconectada” invitó a los participantes a pensar sobre la naturalización de la desigualdad a nivel mundial y la ampliación de las diferencias entre las naciones del norte y las del sur global, un fenómeno también evidente en los medios de prensa.
La investigadora ecuatoriana Gabriela Rivadeneira enfatizó en la desigualdad de género como una temática vital a abordar por los medios de comunicación, al igual que la delegada línea de la ética que impone la tecnología y el uso de estas por un bien común.
Un tema de mucho interés durante el Coloquio resultó el panel “Javier Milei y el ascenso de la extrema derecha en Argentina”, que contó con las ponencias de los comunicadores de ese país Marco Teruggi, Ana Fernández y Bruno Lonatti, quienes hablaron sobre la llegada del actual mandatario basándose en un discurso agresivo a través de las redes sociales, y que ni si quiera llegó a realizar campaña política por los territorios del país.
Sobre la experiencia comunicacional de México durante la administración de Andrés Manuel López Obrador, el coordinador general de Comunicación Social y vocero del Gobierno Jesús Ramírez actualizó a los participantes.
Calificó las conferencias matutinas del mandatario(conocidas como mañaneras) como un medio de comunicación y no solo una conferencia de prensa tradicional.
Igualmente, habló sobre las campañas comunicacionales en contra de la figura del presidente mexicano, que intentan empañar su imagen sin ninguna prueba fehaciente.
Los panelistas recalcaron la urgencia de pasar del activismo digital a uno real, construyendo comunidades sociales y políticas, porque sino los movimientos alternativos y sus medios de comunicación quedaran atrapados en los algoritmos y manejos opacos de las redes.
Insistieron también en que los medios de izquierda deben apostar por materiales atractivos que inviten a la reflexión y no a la enajenación.
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