La encuesta Quaest dio a conocer el 6 de marzo que la evaluación negativa de la administración subió cinco puntos porcentuales (34 por ciento) y la desaprobación de Lula, por su parte, pasó ahora del 43 por ciento en diciembre a 46.
Además, el porcentaje de los que aprueban el trabajo del mandatario cayó de 54 por ciento para 51.
El diario digital Estadão asegura que otros estudios también identificaron problemas e hicieron encender la señal amarilla en el Palacio del Planalto, sede del Poder Ejecutivo.
Según el sitio, Lula busca con este encuentro una marca para su gestión en este año de elecciones municipales y consultó a políticos y especialistas sobre cómo mejorar la comunicación del gobierno.
Fue con ese objetivo, siempre de acuerdo con la fuente, que conversó la semana pasada con el publicista Sidônio Palmeira, quien asumió la propaganda de la campaña del fundador del Partido de los Trabajadores (PT) en 2022.
Sidônio comentó a Estadão, a finales de 2023, que la izquierda está perdiendo la disputa con la derecha en las redes sociales.
El cotidiano refiere que, sin entender las razones del empeoramiento de su evaluación cuando la economía parece mejorar, a pesar del aumento en el precio de los alimentos, Lula invitó a los ministros que fueron gobernadores a una cena el 11 de marzo.
Igualmente platicó después con dirigentes del Grupo de Trabajo Electoral del PT y, al tratar del escenario político polarizado, evaluó las negociaciones en curso sobre las candidaturas municipales.
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