La resolución gubernamental reglamenta la materialización de ese convenio internacional, conocido como OPAQ, en el territorio de la República Socialista de Vietnam y puntualiza que esto se aplica a organizaciones e individuos que participan o están vinculados con actividades relacionadas con dicho tratado.
Los actos prohibidos y los fines no prohibidos, señala la información, se aplican de acuerdo con la Cláusula 1, Artículo 1 y la Cláusula 9, Artículo 2 de la Convención sobre la prohibición de Armas Químicas.
El decreto del Gobierno vietnamita designa además al Departamento de Productos Químicos del Ministerio de Industria y Comercio de Vietnam como la agencia nacional encargada de implementar la OPAQ.
La Convención sobre la prohibición del desarrollo, producción, almacenamiento, empleo y la destrucción de armas químicas fue aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas a finales de noviembre de 1992 y abierta a la firma de los Estados en enero de 1993.
Entró en vigor en abril de 1997 y, según las más recientes informaciones ofrecidas al respecto, su aplicación fue ratificada ya por 193 países, con lo cual el 98 por ciento de la población mundial está cubierta por su protección y más del 99 por ciento de las reservas de armas químicas declaradas fueron destruidas de forma irreversible y verificable.
A comienzos de la década de 1960 Estados Unidos inició una guerra química en el sur de Vietnam que se prolongó por una década y en el transcurso de la cual fueron rociados alrededor 80 millones de litros de productos tóxicos, en su mayor parte (casi el 61 por ciento) del llamado agente naranja.
Como consecuencia, alrededor de cuatro millones 800 mil vietnamitas resultaron afectados, cientos de miles murieron y otros tantos luchan todavía contra enfermedades graves o viven en estado vegetativo, sin que se avizore el final de los daños, pues los efectos provocados por los bombardeos químicos aun se transmiten a la cuarta generación.
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