Una llamada telefónica entre los presidentes Joe Biden y Xi Jinping, la víspera, la primera conversación tras la cumbre en California en noviembre del pasado año, volvió a repasar cuestiones de interés mutuo.
Taiwan estuvo en la agenda de la plática. Xi afirmó que justo esa cuestión es la primera línea roja que no debe cruzarse en los nexos bilaterales.
El mandatario chino exhortó a la parte estadounidense a traducir en acciones concretas el compromiso de su homólogo de no apoyar la «independencia de Taiwan».
Un comunicado de la Casa Blanca detalló que Biden enfatizó la importancia de mantener la paz y la estabilidad a través del estrecho de Taiwán, así como el estado de derecho y la libertad de navegación en el mar de China Meridional.
También dialogaron el conflicto entre Rusia y Ucrania, la desnuclearización de la península de Corea, la lucha contra el cambio climático y las políticas comerciales.
Mientras acogieron con satisfacción los esfuerzos en curso para mantener canales abiertos de comunicación y gestionar responsablemente la relación mutua.
El 15 de noviembre del pasado año, Estados Unidos y China exploraron los caminos para llevarse bien durante el encuentro entre Biden y Xi.
Los dos jefes de Estado sostuvieron un sincero y profundo intercambio de puntos de vista sobre los temas estratégicos y generales que son críticos para la dirección de las relaciones sino-estadounidenses.
Ambos líderes reactivaron entonces el intercambio sobre las principales cuestiones concernientes a la paz y el desarrollo del mundo, dijo entonces la parte china.
En tanto, Estados Unidos coincidió en que se abordaron “una variedad de cuestiones bilaterales y globales, incluidas áreas de posible cooperación, e intercambiaron puntos de vista sobre aquellos aspectos motivos de diferencias”.
De acuerdo con un comunicado de la Casa Blanca, en ese momento Biden y Xi lograron avances en una serie de cuestiones clave y acogieron con beneplácito la reanudación de la cooperación bilateral para combatir la fabricación y el tráfico mundial de drogas ilícitas, incluidas las sintéticas como el fentanilo.
Además, Xi, instó a China y Estados Unidos a asumir conjuntamente sus responsabilidades como grandes países, y al propio tiempo gestionar juntos y eficazmente los desacuerdos, los cuales, dijo, no deben ser un abismo que los mantenga separados.
Ese fue el primer contacto entre Biden y Xi justo un año después del cara a cara que tuvieron en Bali, Indonesia, en la cumbre del G20.
La conversación de ayer tuvo bastante de aquellos trazos y es la primera que ocurre después del encuentro en noviembre en el apacible paraje de California.
Pero los puntos grises se mantienen en el horizonte. Apenas hace dos días China acusó a Estados Unidos de difamar y calumniar los sistemas y leyes de Hong Kong, así como de interferir gravemente en los asuntos internos del país.
El portavoz de la Cancillería de la nación asiática, Wang Wenbin, instó a Washington a respetar la soberanía de China, a dejar de interferir en los asuntos de Hong Kong y a cumplir con el derecho internacional y las normas básicas de las relaciones internacionales.
China también rechazó la acusación de Estados Unidos de implementar políticas y prácticas comerciales «no de mercado» y a su vez establecer barreras en áreas como productos agrícolas y políticas de datos a partir de un informe publicado aquí el pasado viernes.
No obstante, Estados Unidos enviará en pocos días a la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, y al secretario de Estado, Antony Blinken, a China, y Beijing dio la bienvenida a esas visitas.
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