La prueba fue dirigida por el secretario general del Partido del Trabajo y presidente del Comité de Asuntos Estatales, Kim Jong Un, quien describió al cohete como un “arma ofensiva poderosa y de valor estratégico”.
El también comandante supremo del Ejército Popular de Corea resaltó que el país ha perfeccionado el proyecto para poner todos los misiles tácticos, operativos y estratégicos, de varios alcances, sobre una base de combustible sólido y capaces de cargar una ojiva nuclear.
Expertos indicaron que un misil hipersónico es difícil de interceptar con los actuales escudos antimisiles, pues van a una velocidad de al menos Mach 5 (cinco veces más rápido que la del sonido), están diseñados para ser maniobrables en rutas impredecibles y a baja altitud.
Lanzado el martes, el Hwasongpho-16 alcanzó su primer pico a una altitud de 101,1 kilómetros, y el segundo a 72,3 kilómetros, en un vuelo de mil kilómetros que concluyó -sin peligro para la seguridad de las naciones vecinas- sobre un punto predeterminado en las aguas del Mar Oriental de Corea, precisó KCNA.
Kim apuntó que el misil refleja los avances de la RPDC en la creación de armas estratégicas que refuerzan el sistema defensivo nacional y son un contundente elemento disuasorio frente a las constantes provocaciones y amenazas de guerra del enemigo.
Las pruebas del nuevo IRBM son indispensables para fortalecer nuestro sistema estratégico nuclear y significan una fuerte advertencia para las imprudentes amenazas de las fuerzas hostiles que consideran una opción militar contra la RPDC, subrayó por su parte el diario Rodong Sinmun, el de mayor circulación en el país.
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