El apresamiento de los prófugos se cumplió por una acción conjunta con la Policía Federal de Carreteras (PRF). Fueron detenidos en Marabá, municipio del norteño estado de Pará, a más de 1,6 mil kilómetros de distancia de la prisión.
Ambos son integrantes de la facción Comando Rojo y lograron escapar el 14 de febrero, después de abrir un paso a través de un agujero existente detrás de una luminaria de las celdas y cortar dos cercas de alambre utilizando herramientas provenientes de una obra que ocurría en el lugar.
La fuga resulta la primera registrada en la historia del sistema penitenciario federal.
El 2 de abril, el Tribunal General de la Secretaría Nacional de Políticas Penales emitió un comunicado anunciando la conclusión del informe sobre las responsabilidades relacionadas con la huida de los detenidos, uno de 35 años y el otro de 33.
Tal órgano identificó fallos de procedimiento en el caso, pero negó la existencia de cualquier indicio de corrupción. En total, se investiga a 10 funcionarios.
Para el secretario de Nacional de Políticas Penales, André García, el sistema penitenciario federal no es más el mismo desde este escape en Mossoró.
Comunicó que se hicieron inspecciones en las cinco unidades federales y los procedimientos se reforzaron.
Anunció que la iluminación fue cambiada, 10 mil nuevas cámaras fueron adquiridas y están siendo instaladas, problemas estructurales fueron corregidos y revistas diarias fueron implementadas.
El ministro de Justicia, Ricardo Lewandowski, afirmó que los hombres capturados planeaban huir al exterior, pero «volverán al lugar de donde salieron».
Otros cuatro sospechosos de ayudar en la fuga fueron detenidos. Un fusil fue confiscado con los hombres, según la PRF.
«Quiero afirmar que es una victoria del Estado brasileño, de las fuerzas de seguridad de Brasil, que demuestra que el crimen organizado en nuestro país no tendrá éxito», celebró Lewandowski.
Refirió que se tuvo tal demostración cuando se descubrió el crimen de la concejala y activista de los derechos humanos Marielle Franco, perpetrado el 14 de marzo de 2018 en Río de Janeiro.
Fue «un trabajo de inteligencia capitaneado por la Policía Federal, el Ministerio Público Federal y el Ministerio Público Estadual, mostrando que la coordinación de fuerzas lleva al éxito», remarcó el ministro.
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