La investigación del Centro de Estudios y Conocimientos sobre Riesgos, Medioambiente, Movilidad y Planificación (Cerema) proyecta tres escenarios: 2028, 2050 y 2100 frente al fenómeno, que dentro de tres cuartos de siglo provocaría la desaparición de seis mil 100 kilómetros cuadrados de terreno.
El retroceso crónico del tracto costero, las consecuencias de eventos naturales extremos y la elevación del nivel del mar estarían entre los elementos desencadenantes.
Dentro de cinco años, Córcega, Pirineos Atlánticos, Var y Calvados, así como los territorios de ultramar de Martinica y Guadalupe, destacarían entre los departamentos más amenazados, una relación que aumentaría a nivel nacional para el 2100, de evidenciarse la inacción.
De acuerdo con el ministro para la Transición Ecológica, Christophe Béchu, el espacio equivalente a un terreno de fútbol desaparece cada semana en Francia por el avance del océano.
En el litoral tendremos zonas inhabitables, con un 20 por ciento del mismo golpeado por la erosión costera, advirtió a propósito del estudio del Carema.
Según Béchu, ante la amenaza, el gobierno trabaja o lo hará con autoridades locales de 500 comunas identificadas, con medidas sobre la mesa que incluyen la indemnización y la reubicación.
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