Versiones de las compañías que se encargan del asunto afloran en la actualidad y dan a los más recientes años como relevantes con este propósito.

El turismo espacial implica viajar al espacio con fines recreativos o de ocio. Puede clasificarse en diferentes tipos, como el orbital, suborbital y lunar.

Además de los vuelos, también incluye actividades como observar lanzamientos de cohetes y explorar destinos centrados en el espacio1.

Dennis Tito fue el primer turista espacial en 2001. Pasó casi ocho días a bordo de la Estación Espacial Internacional (EEI) por un costo de 20 millones de dólares. A lo largo de los años, otros seis turistas privados siguieron a Tito a la EEI.

Empresas como Blue Origin (fundada en 2000) y Virgin Galactic (fundada en 2004) entraron en la industria del turismo espacial.

Comentan los informes oficiales de esas firmas que Virgin Galactic se centra en vuelos suborbitales, mientras Blue Origin también ofrece vuelos suborbitales, SpaceX prioriza el turismo lunar en el futuro, Boeing trabaja en misiones orbitales, Axiom Space también apunta a misiones orbitales y Space Perspective organiza vuelos suborbitales.

La lista de los afortunados es bastante pequeña en la actualidad y responde a fortunas sumamente copiosas como el caso mencionado de Dennis Tito, seguido de Mark Shuttleworth, Gregory Olsen, Anousheh Ansari, Charles Simonyi, Richard Garriott y Guy Laliberté, quienes también viajaron al espacio por placer y previo pago.

Los primeros turistas espaciales pagaron entre 20 y 40 millones de dólares. Actualmente, hay opciones más asequibles, como los vuelos suborbitales con Virgin Galactic, que oscilan entre 250 mil y 600 mil dólares.

En resumen, el turismo espacial está en pleno desarrollo, y aunque sigue siendo costoso, las oportunidades para explorar el espacio exterior se están expandiendo gradualmente y ello permite a los futuristas a considerar que llegará el momento de que viajar de esta manera sea tan habitual como ir a una playa (starwalk.space).

oda/rfc