El criptoactivo, fijado por el presidente Nayib Bukele como la segunda moneda de curso legal en el país, mantuvo su inestabilidad en los últimos meses pero siempre en ascenso, según los informes.
El lunes se situó a un paso de tocar el precio más alto desde su lanzamiento, 73 mil 737.94 dólares, pero cedió en un mercado inestable para situarse con una cotización de 68 mil la unidad.
Este 8 de abril el activo digital más popular del mercado, alcanzó los 70 mil y se mantuvo ahí por varias horas hasta tocar los 72 mil 325.12 dólares, cerca del récord de 73 mil 737.94 que estableció el 14 de marzo último.
La víspera en horas del medio día descendió hasta los 68 mil dólares, mientras que el sitio Cointelegraph espera que en algún momento ocurra un nuevo incremento en el precio del activo que lo lleve a superar su marca histórica.
“El interés especulativo de los inversores en el mercado de criptomonedas aumentó a niveles observados en la corrida alcista de 2021”, indicó Cointelegraph.
El precio del “tocken digital” incrementó un 134.4 por ciento entre el 10 de abril de 2023 y el 9 de abril de 2024, al pasar de un promedio de 29 mil a 68 mil dólares.
Mientras tanto, esa «moneda» se presenta como un punto de fricción en las negociaciones que mantiene El Salvador con el Fondo Monetario Internacional (FMI), donde ninguna de las partes quiere ceder.
Hace una semana Julie Kozack, vocera del FMI, dijo que el Fondo “continúa colaborando constructivamente con las autoridades salvadoreñas” para lograr un programa para el fortalecimiento de la sostenibilidad fiscal, el crecimiento de la productividad y la gobernanza económica, así como los riesgos derivados del bitcoin. Un tema considerado “clave”.
El activo causa resquemor en los financistas internacionales que piden se elimine o se suprima la disposición legal de moneda de curso legal, mientras que el Ejecutivo interpretó como una injerencia y siguió con su política creando hasta un programa para atraer a inversionistas bitcoiners.
Rommel Rodríguez, coordinador del Área de Macroeconomía de la Fundación Nacional para el Desarrollo (Funde), consideró que es difícil que el FMI o el gobierno cedan por un tema de honor.
El economista explicó que para el FMI aceptar su adopción como moneda de curso legal daría una señal de que otras naciones también adopten esa política a expensas de los riesgos bancarios y finanzas ilícitas.
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