El embajador de Cuba en Mongolia, Jorge Ferrer, y el viceministro mongol de Alimentación, Agricultura e Industria Ligera, Gankhuleg Munguntsog analizaron esos asuntos en un encuentro en Ulán Bator relacionado con los desafíos agrícolas de ambos países.
Durante la reunión, en la que entre los presentes estuvo también E. Anar, director del Departamento de Cooperación, ambas partes analizaron oportunidades de desarrollar la cooperación bilateral en la ganadería.
El embajador cubano se refirió al desarrollo de la industria biotecnológica de su país, significó en un comunicado la misión diplomática de la isla en Mongolia.
Destacó, entre sus productos más relevantes las vacunas para los animales, así como los biofertilizantes, bioestimulantes y biopesticidas, útiles para la agricultura orgánica y la protección del medio ambiente.
Ferrer subrayó también los resultados probados el rodenticida biológico cubano – biorat, que solo actúa contra los roedores, sin afectar a los seres humanos u otros animales, es fácil de aplicar y biodegradable.
Señaló que el uso de ese producto posibilita la reducción de los costos de los programas de aplicación ya que es suficiente su utilización dos veces al año para controlar la plaga, no genera resistencia y tampoco causa rechazo por parte de los roedores.
El diplomático mencionó también el stabilak, un producto natural para mantener la calidad de la leche cruda y fresca entre 8 y 30 horas y a temperaturas entre 20 y 34 grados Celsius, detalló la fuente.
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