El encuentro será la primera cumbre trilateral entre Biden, Kishida y Marcos Jr. en momentos que algunos observadores auguran el nacimiento de una nueva arquitectura de seguridad en la estratégica región del Indo-Pacífico.
Aunque no se habla de ir contra nación alguna, la cita tiene lugar en el contexto de una escalada de las tensiones en torno al mar Meridional de China.
En la cumbre «promoverán una asociación trilateral basada en profundos vínculos históricos de amistad, relaciones económicas sólidas y crecientes», anticipó el pasado 18 de marzo la secretaria de Prensa de la mansión ejecutiva, Karine Jean-Pierre.
“También reafirmarán las alianzas férreas entre Estados Unidos y Filipinas, y entre Estados Unidos y Japón”, subrayó la funcionaria.
Según analistas, esta triple vía representa el creciente deseo en Manila y Tokio, e incluso en Washington, de ir más allá de los modelos tradicionales para integrar aún más los esfuerzos de colaboración basados en objetivos comunes.
Además, Biden sostendrá este jueves conversaciones por separado con Marcos Jr. para discutir los esfuerzos que permitan ampliar la cooperación en materia de seguridad económica, energía limpia, vínculos entre pueblos y derechos humanos, añadió Jean-Pierre.
En los últimos meses, se registraron incidentes entre buques de abastecimiento filipinos y guardacostas del gigante asiático en aguas disputadas del mar Meridional de China.
“Transportaron materiales de construcción, aprovecharon la oportunidad para infringir los derechos, provocaron problemas y socavaron deliberadamente la paz y la estabilidad en el Mar Meridional de China”, dijo Gan Yu, vocero de la Guardia Costera de Beijing.
Denunció que el buque filipino “se abrió paso por la fuerza e invadió a pesar de las repetidas advertencias de disuasión”. El Ministerio de Defensa de China advirtió que tomará medidas para salvaguardar su soberanía territorial e intereses marítimos si Filipinas persiste en incursionar en sus aguas del mar Meridional.
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