A través de un comunicado, Al-Khatib enfatizó en la necesidad de evitar más presiones y cargas políticas a la situación nacional, pues cualquier enfrentamiento solo beneficiaría al enemigo israelí.
La autoridad chiita pidió recurrir al lenguaje de la razón y confiar en los servicios y fuerzas judiciales y de seguridad del país para manejar las cosas en lugar de recurrir a estrategias sectarias.
En este sentido, el Partido Socialista Progresista destacó la importancia de promover el lenguaje del entendimiento y advirtió de intentos sospechosos que buscan alterar la paz civil.
Al respecto, reiteró la necesidad de dar plena confianza al Estado, al ejército, a las fuerzas de seguridad y al poder judicial para proteger la estabilidad de la nación.
Con anterioridad, el primer ministro interino, Najib Mikati, condenó el ataque a una oficina ejecutiva del Partido Social Nacionalista Sirio en la ciudad de Jdita en la Bekaa, donde izaron la bandera de las ultraderechistas Fuerzas Libanesas.
En una llamada telefónica, el líder de la agrupación, Samir Geagea, denunció este incidente y negó cualquier conexión entre las Fuerzas y el mismo.
Por su parte, Mikati subrayó la necesidad de que todos los dirigentes libaneses sean conscientes de la gravedad de la etapa actual y convocó a permanecer lejos de los desacuerdos y las divisiones.
El jefe del gobierno consideró que la situación no tolera el resurgimiento de disputas políticas y partidistas, que solo conducen a más tensiones y conflictos.
La muerte a inicios de semana del funcionario de las Fuerzas Libanesas Pascal Suleiman avivó el discurso sectario, de odio y racista en la nación, después de conocer que la mayoría de los implicados en el secuestro y el crimen son de nacionalidad siria.
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