Los sospechosos esperaban en la estación policial del distrito de Katima Mulillo el inicio del juicio que se les sigue, pero se las arreglaron para perforar un agujero en el techo de la celda en la que estaban encerrados y poner pies en polvorosa con paradero ignoto.
De inmediato el comando de la Policía en la zona recomendó a la población adoptar precauciones pues los prófugos son considerados peligrosos, en particular uno de ellos, acusado de asesinato, y solicitó cooperación sobre movimientos y personas sospechosas.
Las únicas pistas disponibles sobre la rocambolesca escapada son los implementos utilizados para agujerear el techo del calabozo, a saber, cuerdas y navajas improvisadas, y cómo se las arreglaron para obtenerlas.
Otra curiosidad es que en la celda escenario de la fuga, en vías de remozamiento, estaban alojados más de 100 acusados y que solo 11 participaran en la acción, primicia en este joven país del sudoeste africano, ocupado por la Sudáfrica del apartheid hasta 1990.
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