Para esto fue determinante el rechazo, con 18 votos a favor y 59 en contra, a la ponencia alternativa que había presentado la senadora Norma Hurtado, del Partido de La U, quien también tuviera un papel destacado en el hundimiento de la reforma a la salud.
Tras esto, y gracias al aval obtenido entonces por la ponencia presentada por la bancada del Pacto Histórico, con 49 votos a favor y 33 en contra, se allanó el camino para que la reforma siguiera delante para su discusión en la plenaria del Senado.
El avance se atribuye a los acuerdos logrados por el jefe de Estado con las mayorías de los partidos de La U y Liberal, quienes aceptaron apoyar la iniciativa con algunas modificaciones entre las que se halla bajar el umbral de cotización de tres a 2,3 salarios mínimos.
Si bien aun resta discutir algunos puntos, como por ejemplo qué entidad sumirá la administración de los ahorros pensionales de los colombianos, que la propuesta haya logrado avanzar es ya un logro, coinciden expertos.
Al proyecto le quedan aún por delante otros tres debates para pasar a sanción presidencial y convertirse en ley: uno en la plenaria del Senado y dos en la Cámara de Representantes, aunque en este último órgano legislativo no se vislumbran los mismos obstáculos que enfrentara en el Senado.
Para poder salir de manera victoriosa del Congreso, la iniciativa debe superar todos los protocolos pertinentes antes del 20 de junio, o se hundirá por falta de trámite.
El contenido de la iniciativa basa su articulado en cuatro pilares fundamentales.
El primero de ellos es el solidario, que otorgaría una transferencia monetaria para mujeres de 60 años o más y hombres de 65 años o más en condición de pobreza extrema, y el segundo, el semicontributivo, para mujeres de 60 años o más y hombres de 65 años o más que hayan cotizado al sistema pensional al menos 300 semanas.
También incluye la modalidad contributiva, y por último el de ahorro voluntario, diseñado para cotizantes que quieran hacer aportes voluntarios al sistema de pensiones.
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