Camilo González, coordinador de la delegación del Gobierno en la Mesa de Diálogos de Paz con esa estructura guerrillera, declaró a la prensa que las conversaciones continúan con un frente que opera en Catatumbo y en Magdalena Medio, y otro conocido como Bloque Jorge Briceño, con asentamientos en Meta, Caquetá y Putumayo (centro-sur).
Refirió que en este momento la prioridad es fortalecer la mesa, los acuerdos con quienes se mantienen en el acuerdo de San Vicente del Caguán y en los protocolos aprobados, mientras que el tratamiento con los otros sectores depende de cómo evolucionen los acontecimientos.
El proceso de diálogo sufrió un revés cuando se decretó por mandato presidencial la suspensión del cese al fuego en los departamentos de Cauca, Valle del Cauca y Nariño el pasado 20 de marzo, en respuesta a un ataque del EMC contra una minga indígena.
Tras el regreso a las hostilidades en esas regiones, algunas facciones, como el Comando Conjunto de Oriente de ese grupo armado, divulgó que no sería parte del dialogo hasta que “se declarara el cese al fuego bilateral a nivel nacional”.
En referencia a los enfrentamientos reportados entre el Ejército de Colombia y ese grupo armado, González acotó que existen desacuerdos con quienes no se integran al diálogo, y que “la política del Gobierno es de alianza con las comunidades, de sembrar la paz con la gente y por supuesto que la fuerza pública cumple su tarea constitucional”.
Refrendó que en este momento están congeladas las conversaciones con quienes no están en la mesa, y que no se han configurado condiciones para hablar de nuevos diálogos por fuera de esa estructura.
Aunque aseguró que el Gobierno está dispuesto a hablar con el supuesto cabecilla del EMC, remarcó que en este punto “Iván Lozada está fuera”.
Informó además que con quienes se mantienen en los diálogos se realizó un ciclo extraordinario en san Vicente del Caguán la semana pasada, y el siguiente ciclo será en junio.
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