Alrededor de 38 kilómetros de riberas paradisíacas rodean los cayos Coco, Guillermo, Paredón Grande y Antón Chico, en el litoral norte de Ciego de Ávila, en su mayoría en estado natural y con características muy peculiares.
Los balnearios sobresalen por sus aguas tranquilas de color turquesa, fondos poco profundos, finísima arena de origen coralino con suaves corrientes submarinas y clima cálido durante todo el año, condiciones ideales para un relajado baño de mar y excelente descanso.
Esos espacios naturales, además, de exhibir bellos fondos marinos bien conservados, le facilita al visitante observar una variada gama de aves típicas que pernoctan por la zona.
Durante una reciente visita al lugar comprobamos el buen trabajo de rehabilitación que realizan a las dunas costeras, al eliminar las especies de matas invasoras y acometer la siembra de plantas autóctonas, acción que ayudará a mitigar los efectos del cambio climático.
Para resguardar esos montículos de arena que tanto ayudan a preservar las playas, han ubicado pasarelas de madera sobre pilotes desde los hoteles y ranchones hasta las zonas de baño.
Igualmente, las excelentes condiciones de los fondos marinos, con atrayentes formaciones coralinas y abundantes variedades de especies de la flora y la fauna, dan la posibilidad al turista de practicar kite-surfing, buceo, snorkelling u otro deporte náutico.
Entre los balnearios más sobresalientes de la cayería norte avileña, están Larga, Flamenco, Las Coloradas, La Jaula, Los Pinos, Prohibida, El Paso y Pilar, esta última considerada entre las 25 mejores playas del mundo.
Ubicada en Cayo Guillermo, Playa Pilar dotada de gran belleza, ofrece un ideal sitio para el descanso y la relajación, además de estar protegida por una barrera coralina y custodiada por la mayor duna arenosa del Caribe, con unos 15 metros de altura.
Adopta ese nombre en homenaje al escritor estadounidense Ernest Hemingway, pues así llamó a su yate, el mismo que lo acompañó durante el recorrido por las costas cubanas.
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