Acompañado por el titular de Justicia, Éric Dupond-Moretti, el alto funcionario ofreció a la prensa un balance del combate al flagelo desde que el presidente Emmanuel Macron anunciara a mediados de marzo la operación “Place nette XXL”, en medio del accionar de mafias y de vendedores de drogas en diversas urbes y comunas.
De acuerdo con Darmanin, las fuerzas del orden confiscaron desde entonces 500 armas, 170 vehículos y más de 20 millones de euros en dinero y bienes.
En una de las ciudades más golpeadas por el fenómeno, la sureña Marsella, el ministro del Interior celebró el regreso de la calma en zonas como La Paternelle y el permanente despliegue policial en otras, entre ellas La Castellane.
Por su parte, Dupond-Moretti enumeró las acciones judiciales ejecutadas, con la remisión ante tribunales de casi 600 personas.
Una encuesta realizada el mes pasado por Elabe para la cadena BFM TV reflejó que el 53 por ciento de los franceses considera que la situación de las drogas se deteriora.
De acuerdo con el sondeo, alrededor de un cuarto de los entrevistados declaró vivir cerca de un lugar donde se trasiega estupefacientes, mientras un 47 negó ese escenario y un 29 dijo no saber.
La propia pesquisa situó al tráfico de drogas como la segunda preocupación de los franceses (50 por ciento) en materia de seguridad sobre la que el gobierno debería actuar con prioridad, detrás de la agresión a las personas (61).
El carácter prioritario de esta lucha es asumido por los electores al margen de su pertenencia política, ratifica el estudio de opinión.
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