Durante un encuentro del Consejo de Seguridad para presentar su informe anual, la experta en el tema aseguró que se trata de un incremento de más del 50 por ciento de los índices de 2022, con focos de atención en Israel, Gaza, Sudán, Ucrania, Haití, Myanmar y la República Democrática del Congo.
El texto advierte sobre las restricciones que provoca la violencia sexual en el acceso de las mujeres a los medios de vida y la educación para las niñas en medio de niveles récord de desplazamiento.
“La tarea existencial esencial que enfrentamos es silenciar las armas y amplificar las voces de las mujeres como un grupo crítico para la paz”, aseguró Patten.
El aumento registrado es particularmente alarmante en un contexto global, donde el acceso humanitario es gravemente restringido y limitado, dijo además.
Al mismo tiempo, la investigación alerta del uso sin precedentes de una violencia letal para silenciar a los sobrevivientes con menciones especiales a los conflictos en curso en la República Democrática del Congo y Myanmar.
Los actores armados, amplió la representante, también han amenazado a los trabajadores de la salud en Sudán, mientras que los defensores de los derechos humanos en Sudán del Sur, la República Democrática del Congo y otros lugares han enfrentado represalias.
El 95 por ciento de los casos verificados en 2023 afectaron a mujeres y niñas, mientras que el 32 por ciento de los incidentes se reportaron contra niños, en su abrumadora mayoría contra niñas.
Al menos 21 casos encontrados estuvieron dirigidos a personas lesbianas, gays, bisexuales, transgénero, queer e intersexuales.
Sin embargo, de acuerdo con la autora, el texto no transmite la gravedad y brutalidad de estos incidentes al no reflejar la escala global de lo que calificó como un delito poco denunciado e históricamente oculto.
«Sabemos que por cada superviviente que se presenta, muchos otros son silenciados por las presiones sociales, el estigma, la inseguridad, la escasez de servicios y las limitadas perspectivas de justicia», afirmó.
La representante especial urgió a cambiar las dinámicas de poder para tratar ese flagelo al insistir en la necesidad de una mayor participación de las mujeres, regulación y embargos de armas, apoyo financiero para los defensores de los derechos humanos y cambios sobre el terreno.
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