Debemos ser sinceros, en los últimos meses los aliados de la OTAN dejaron de cumplir debidamente sus promesas de ayudar a Ucrania, comentó Stoltenberg, durante su visita a Alemania, citado por la televisión capitalina.
Ucrania carece de medios para protegerse de los drones y los misiles rusos, mientras que su potencia de fuego queda por debajo de la de Moscú, declaró el dirigente de la alianza atlántica, después de que Occidente suministró armamentos a Kiev por más de 165 mil millones de dólares.
Estados Unidos aprobó esta semana casi 61 mil millones de dólares para Ucrania, aunque gran parte de ese dinero beneficiará más bien a empresas del complejo bélico norteamericano y solo poco menos de 20 mil millones serán para suplir pertrechos de guerra a Kiev.
Países de la alianza atlántica enviaron a Ucrania tanques modernos, vehículos blindados, obuses, sistemas coheteriles y hasta aviones de combate soviéticos procedentes de naciones de Europa del este. Sin embargo, Kiev registró al menos dos fracasadas contraofensivas.
El ministerio ruso de Defensa mostró imágenes de la destrucción de al menos cinco tanques estadounidenses M1 Abrams, como mismo ocurrió con los tanques británicos Challenger 2.
De acuerdo con la publicación The War Zone, desde el Pentágono reconocieron la pobre actuación de las bombas inteligentes Glsdb en el teatro de operaciones de Ucrania, a donde Washington envió de forma furtiva a misiles Atacms, con un alcance de hasta 300 kilómetros.
Moscú considera que el verdadero propósito de Kiev al contar con sistemas coheteriles como los Atacms es atacar áreas y estructuras civiles en la profundidad del territorio de Rusia, cuyas autoridades consideran esas agresiones como actos terroristas.
El 24 de febrero del 2022, el presidente Vladimir Putin ordenó una operación bélica para proteger la población sublevada de la región del Donbás, que denunció ocho años de genocidio por Kiev, así como para desmilitarizar y desnazificar a Ucrania.
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