De acuerdo con la agencia ARD, el inicio de la audiencia tuvo que retrasarse más de una hora debido a la afluencia de personas que deseaban observar la consideración del caso.
Los detenidos están acusados de pertenecer a un grupo terrorista y de preparar acciones de alta traición.
Por su parte, la investigación los clasifica como parte del ala paramilitar de los conspiradores, pues se suponía que entre las tareas de este grupo de sospechosos en particular figuraba la toma del poder por las armas.
Uno de los procesados también está acusado de intento de asesinato.
Las audiencias, en las que están involucradas 27 personas, están programadas hasta enero de 2025.
También en Fráncfort del Meno y Munich se presentaron acusaciones de preparación de un golpe de Estado, mientras el juicio a los organizadores comenzará el 21 de mayo y el 18 de junio.
El 7 de diciembre de 2022 se supo que el intento de golpe había sido frustrado, por lo cual los servicios de seguridad detuvieron a 25 de más de 50 sospechosos.
La operación se convirtió en una de las más importantes de la historia del país europeo, mientras los registros se llevaron a cabo en 11 de los 16 estados federados de Alemania y en más de 130 casas y apartamentos.
Al mismo tiempo, la organización de los conspiradores resultó ser grande y ramificada, pues incluía al heredero de una de las dinastías principescas, un político, personal militar y soldados de las fuerzas especiales del Ministerio de Defensa.
La investigación clasifica al grupo de conspiradores como Reichsburgers, también conocidos como ciudadanos del Reich, surgido en Alemania en los años 80 del siglo pasado y ahora cuenta con aproximadamente 23 mil seguidores.
Según sus líderes, Alemania existe dentro de las fronteras de 1937, no reconocen al gobierno actual y declaran que el país, como en la posguerra, está ocupado por los aliados.
Los Reichsburgers suelen organizar reconstrucciones militares y celebrar reuniones a puerta cerrada e imprimen sus propios documentos porque consideran inválidos los emitidos por las autoridades alemanas.
Durante mucho tiempo, los servicios de inteligencia creyeron que el movimiento no representaba una amenaza para el orden constitucional, pues estaba muy fragmentado y no tenía estructura alguna.
Sin embargo, según la fuente, su radicalización comenzó a mediados de la década de 2010. mem/amp
