El máximo órgano para la paz del planeta expresó este fin de semana su preocupación por las crecientes operaciones y reuniones de partidarios tribales de las RSF en la localidad ubicada en la región de Darfur del Norte.
El ente permanece alerta ante la ofensiva pues el territorio alberga a cientos de miles de desplazados de la violencia en otros lugares.
Medios de prensa aseguran que los enfrentamientos recientes entre el ejército sudanés, los movimientos armados aliados y las RSF obligaron a huir a más de 70 mil personas.
El Consejo pidió a las partes en conflicto que pongan fin a la acumulación de fuerzas militares y tomen medidas para reducir la situación y cumplir con sus obligaciones en virtud del derecho internacional humanitario.
Además reiteró su llamado a un cese inmediato de las hostilidades, que conduzca a un alto el fuego sostenible.
El Fasher es la única zona en Darfur no controlada en su totalidad por las RSF y alberga a cientos de miles de desplazados internos, incluidos supervivientes de los ataques anteriores que buscaron refugio en el área.
La situación es particularmente grave para las mujeres y las niñas, víctimas de una amenaza constante de violencia tanto dentro del Sudán como en campamentos de refugiados al otro lado de la frontera con Chad.
El propio secretario general de la ONU, António Guterres, aseguró la semana última que un ataque a la urbe tendría consecuencias devastadoras para la población civil en una zona que ya está al borde de la hambruna.
En ese contexto, el Consejo de Seguridad instó a todos los estados miembros a abstenerse de injerencias que pudieran elevar el conflicto y la inestabilidad.
En cambio, pidió a la comunidad internacional apoyar los esfuerzos por lograr una paz duradera, al tiempo que llamó a cumplir con las obligaciones del embargo de armas.
jf/ebr
