La demanda tiene lugar a un mes de la incursión violenta de fuerzas militares y policiales en
la embajada de México en Quito, ordenada por el presidente ecuatoriano, Daniel Noboa, y que tuvo como objetivo el secuestro de Glas quien se encontraba en calidad de asilado político en esa sede diplomática.
«No existe antecedente en nuestra región de un ataque de esta naturaleza a una embajada para secuestrar a un asilado. Ni las dictaduras militares se atrevieron a perpetrar una agresión de este tipo que, en este caso, fue instruida desde la más alta autoridad del Estado», subrayaron en un comunicado.
Recordaron que el asalto a la embajada provocó una contundente respuesta de México que demandó al Estado ecuatoriano ante la Corte Internacional de Justicia por violación de la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas de 1961.
«Jorge Glas fue secuestrado con violencia y fue victima de torturas, tratos crueles, inhumanos y degradantes. En estos momentos, sufre constantes amenazas de muerte y su entorno de familiares, abogados y compañeros es permanentemente hostigado y amedrentado», alertaron.
Explicaron en el comunicado que esta situación lo obligó a llevar adelante la extrema medida de la huelga de hambre.
Asimismo, en la más reciente Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de la Celac y en la Cumbre del ALBA-TCP, varios lideres y lideresas regionales se manifestaron con mucha claridad, abogando por la libertad de Glas, añadieron.
No solo eso, la propia justicia ecuatoriana, en la resolución de un recurso de habeas corpus, reconoció que la detención de Jorge Glas fue ilegal, enfatizaron en el texto firmado por Ernesto Samper, Evo Morales, Hugo Martínez, Rafael Correa, José Luis Zapatero, entre otros.
Aunque, contradictoriamente, no decretaron su libertad inmediata y lo mantienen en la cárcel de máxima seguridad llamada «La Roca», lamentaron.
A un mes del secuestro de Jorge Glas y ante la gravedad de esta terrible situación que amenaza la estabilidad regional, los firmantes manifestaron su mayor preocupación por la salud e integridad física de Jorge Glas y sus allegados.
Su seguridad es de entera responsabilidad del gobierno de Daniel Noboa, autor de su secuestro, recalcaron.
«Lamentamos que el Sistema Interamericano, pese a la gravedad de estos hechos y a que Jorge Glas recibió medidas cautelares de la CIDH en diciembre de 2019, guarde silencio y no exija el respeto al sagrado derecho al asilo», señalaron.
Exigieron el inmediato retorno a la situación previa al asalto en contra de ta embajada de México, reponiéndose el estatus de asilado político a Jorge Glas y que se haga prevalecer la protección que,en el marco del derecho internacional corresponde al exvicepresidente.
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