Un comunicado divulgado aquí extendió condolencias al Gobierno y pueblo brasileños al tiempo que extendió la disposición del equipo de Naciones Unidas en el país para apoyar.
De acuerdo con el texto, desastres como este son un recordatorio de los efectos devastadores de la crisis climática en las vidas y los medios de subsistencia.
Al respecto, el alto representante reiteró su llamado a una acción internacional rápida para frenar el cambio climático.
Las autoridades locales del estado brasileño de Rio Grande do Sul, el más castigado por las intensas precipitaciones, confirmaron este jueves que al menos un centenar de personas murieron, 128 permanecen desaparecidas y 372 resultaron heridas.
Un boletín de la Defensa Civil aseguró además que más de 230 mil personas están fuera de casa.
Rio Grande do Sul tiene 401 de sus 497 municipios afectados por el mal tiempo y se calcula que en total 1,4 millones de personas fueran impactadas.
El Gobierno estima las pérdidas económicas por la emergencia por encima de los 900 millones de dólares, al considerar infraestructura habitacional y pública, además de agricultura, ganadería, industria, comercio y servicios.
Entre los daños se contabilizan perjuicios en 99 mil 800 viviendas, incluidos edificios y condominios.
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