En La Habana, el lazo bicolor también se le vio prendido en la ropa, a la altura del corazón, a los asistentes en un acto realizado el pasado 6 de mayo en la Biblioteca Nacional de Cuba José Martí en homenaje a los cerca de 27 millones de soviéticos caídos en aquella contienda bélica.
El evento lo protagonizaron estudiantes de idioma ruso de la Facultad de Lenguas Extranjeras de la Universidad de La Habana (FLEX), quienes compartieron con representantes de la Embajada de Rusia y de la Casa Rusa en esta capital en la lengua de Pushkin, Dostoievski, Tolstói y Chéjov.
Los invitados disfrutaron de narraciones de lo sucedido en esos oscuros cinco años de guerra; de poemas que lograron transmitir sentimientos incluso para quienes la barrera del idioma fue una dificultad; de dos cortometrajes sobre el asedio a Leningrado y la esperada victoria antifascista.
Casi al finalizar subió al escenario Daría Kovaleva, representante de los jóvenes rusos y habló brevemente sobre el lazo que llevaban en la ropa los presentes: la Cinta de San Jorge.
Explicó que su historia se remonta a la regencia de Catalina la Grande; sus dos colores, negro y naranja, significan el humo, las trincheras y el fuego.
Señaló que en aquella época su uso era equivalente a estar en la Orden Imperial y Militar de San Jorge, Mártir y Victorioso; se eliminó a partir de la Revolución de Octubre (1917) y se volvió a portar como símbolo de honor y tradición durante la Segunda Guerra Mundial, en 1941, con el nombre de Cinta de Guardias.
Kovaleva expresó en una frase el sentimiento que comparten millones de ciudadanos de ese país al celebrar el Día de la Victoria y el valor que tiene para ellos la famosa Cinta de San Jorge.
«Nosotros, la generación más joven, los recordamos a ellos; yo nunca pude conocer a mi abuelo porque fue de los que no volvió; prácticamente cada familia tenía a alguien que participó en la guerra, por eso pienso que este es un día para homenajear a aquellos que cayeron».
La agencia de noticias Sputnik recuerda que alrededor de 1970, se convirtió en un atributo tradicional de las celebraciones del Día de la Victoria en la guerra antifascista, aunque en aquel entonces no se portaba, sino que aparecía en los carteles como elemento decorativo.
No es hasta 2005 cuando la Cinta de Guardias soviética se volvió a conocer por el nombre histórico del mártir San Jorge.
Un artículo de Rusia Beyond, explica que todo comenzó como una iniciativa de base por un grupo de periodistas de la agencia estatal de noticias RIA, que hicieron un proyecto en internet llamado Nuestra Victoria, y contaba historias personales de personas afectadas por la guerra.
Así se ha mantenido hasta la actualidad y cada 9 de mayo, los patriotas rusos usan la cinta con orgullo, la regalan y se ve por todas las ciudades del país como una manera de honrar a los héroes soviéticos. mem/mml/vnl
