“Aquella victoria costó al pueblo soviético 27 millones de vidas, la mayoría civiles”, afirmó el encargado de negocios de la embajada de Rusia en Bolivia, Andrey Krysanov, en el preámbulo de la gala, interpretada en el teatro 6 de Agosto, en La Paz, por estudiantes y profesores del Colegio Ruso-Boliviano.
Krysanov afirmó que aquel sacrificio no fue en vano porque, finalmente, tras cuatro años de Guerra Patria (1941-1945), los soldados soviéticos liberaron a Europa.
“Este ejercicio de memoria histórica es importante, sobre todo ahora, que resurge la hidra del fascismo con la complicidad del Occidente colectivo”, aseguró el diplomático.
Dedicada al aniversario 80 de la ruptura del bloqueo de casi 900 días de Leningrado (hoy San Petersburgo (27 de enero de 1944), el espectáculo a base de danzas, poemas, canciones emblemáticas de los años de la guerra y la proyección de fragmentos de audiovisuales de la época arrancó lágrimas al público que colmaba el 6 de agosto.
En entrevista concedida a Prensa Latina, la directora de la escuela, Yelena Lekontseva, resaltó que esta gala fue un humilde homenaje al Día de la Victoria en la Gran Guerra Patria iniciada el 22 de junio de 1941 con el ataque de la Alemania nazi contra la Unión Soviética y concluida el 9 de mayo de 1945.
“Dedicamos este espectáculo a un acontecimiento muy especial, el aniversario 80 de la ruptura del bloqueo de Leningrado el 27 de enero de 1944”, evocó la pedagoga.
Lekontseva recordó que ese cerco militar absoluto provocó millones de muertes por hambre y frío.
Añadió que la representación no se trata solo de un festejo, sino de un homenaje a la valentía de todo un pueblo como lo expresa el propio nombre de Gran Guerra Patria.
Subrayó que en esa contienda participaron desde los niños más pequeños hasta los ancianos, en un contexto de unión de las 15 Repúblicas que entonces integraban la Unión Soviética y que como un solo soldado combatían al enemigo.
Consideró que para cualquier persona procedente de un territorio que fue soviético se trata de una gran festividad el homenaje a la generación de sus abuelos, quienes lo dieron todo en defensa de la humanidad.
“De hecho, este sábado a las 09:30, hora de Bolivia, realizaremos un homenaje denominado Regimiento Inmortal en la Plaza Húmboldt de La Paz, anunció la directora.
Esta tradición extendida hoy a todo el mundo fue reiniciada en Rusia, y en 2019 en esa acción memorial participaron 10 millones de personas, mientras esa marcha se repetía en otros 85 países”, dijo a esta agencia de noticias.
Describió que esa manifestación de respeto y veneración consiste en la marcha con el retrato de algún familiar que combatió en la Gran Guerra Patria.
Lekontseva portaba en su pecho, sobre el corazón, la cinta negra y naranja, símbolo de la victoriosa resistencia del pueblo ruso frente a los invasores.
Esta tradición data de los tiempos de la regencia de Catalina la Grande, y sus dos colores simbolizan, respectivamente, el humo en las trincheras y el fuego.
Su empleo en aquella época equivalía integrar la Orden Imperial y Militar de San Jorge Mártir Victorioso; se eliminó tras la Revolución de Octubre de 1917, y se volvió a portar como símbolo de honor durante la Gran Guerra Patria con el nombre de Cinta de la Guardia.
Ese atributo resaltaba en el pecho de Lekontseva cuando desde el escenario pidió un minuto de silencio en homenaje a los héroes de la Gran Guerra Patria.
Los cubanos presentes, en esos 60 segundos recordaron a Aldo Vivó, joven caído en la ruptura del cerco de Leningrado; a su hermano Jorge, herido en esa epopeya gravemente en las piernas y evacuado al Kazajstán soviético.
También a Enrique Vilar, quien con apenas 20 años murió como comandante de un pelotón de fusileros en el Frente de Bielorrusia durante la liberación de Polonia.
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