El vicealmirante Angus Topshee dijo a la cadena CBC News que se valora esa opción ante el creciente uso a nivel mundial de drones y sistemas basados en la inteligencia artificial en la marina de guerra, si bien nunca se prescindirá de las embarcaciones en la superficie y los submarinos con personal entrenado.
Según el oficial, Canadá debe definir qué porcentaje quiere de la denominada “flota fantasma” porque busca mantener un balance entre esos vehículos y los tripulados.
Con su interés Ottawa seguirá los pasos de aliados como Estados Unidos y Australia, que reforzaron sus armadas con dicha tecnología e incluso buques de factura norteamericana ya están en uso como parte del paquete de armas que entregó a Ucrania frente al conflicto con Rusia.
Además, la idea es adquirir lanchas rápidas cargadas de explosivos que se manejan por control remoto y veleros de gran dimensión como el estadounidense Sea Hunter, el primer buque no tripulado del país vecino diseñado para cazar submarinos, con capacidad para navegar durante 90 días y 145 toneladas de peso.
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