La mayoría de estas víctimas residían en el bloque de un edificio residencial de 10 pisos que se derrumbó por el impacto de un fragmento de un misil ucraniano Tochka-U interceptado por las defensas aéreas rusas, precisó el funcionario este lunes en su canal de Telegram.
«Hasta el momento se recuperaron entre los escombros los cuerpos de 15 personas. Durante los ataques posteriores murieron tres civiles más. Otra mujer, herida el 11 de mayo falleció en el hospital. Las bajas que sufrimos ayer ascienden a 19 personas, civiles inocentes”, publicó Gladkov.
Otras 27 personas, según el gobernador, resultaron heridas. El número incluye a 10 que fueron enviadas a casa tras recibir atención ambulatoria; seis personas que serán derivadas a clínicas federales, entre ellas un niño de un mes y medio con su madre; y 11 más que siguen ingresadas en hospitales de Bélgorod.
La mayoría de los residentes locales cuyos apartamentos resultaron dañados en los ataques hallaron refugio en casas de parientes, pero 36 personas permanecen en centros de acogida provisional, dijo Gladkov.
Los territorios rusos limítrofes con Ucrania, como Bélgorod, Briansk, Kursk y Vorónezh, denuncian regularmente impactos de proyectiles, incursiones de drones y otros ataques desde el otro lado de la frontera, que obligan a la población a buscar refugio en otros lugares.
La provincia de Bélgorod ha sido la más afectada, con varias incursiones de grupos de sabotaje desde Ucrania en los últimos meses y continuos ataques a municipios fronterizos con el uso de lanzacohetes múltiples, morteros y drones.
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