La alerta del alto representante coincide con la expansión de las hostilidades entre las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) y el ejército sudanés en esa demarcación donde permanecen cientos de miles de refugiados tras más de un año de conflicto.
En un mensaje publicado en Twitter, Griffiths denunció un ataque reciente que dañó el techo de la unidad de cuidados intensivos del Hospital del Sur en la ciudad de El Fasher, donde los suministros médicos se agotan peligrosamente.
Cerca de 800 mil personas viven en esa urbe y sus alrededores, donde están en juego innumerables vidas, agregó el jefe de la ayuda humanitaria
La Oficina para la Coordinación de la Ayuda de la ONU (OCHA) estimó que decenas de civiles murieron en nuevos combates el viernes pasado mientras que el control de la urbe aun está en manos del Ejército de Sudán.
El Fasher, capital de Darfur del Norte, es la única ciudad de esa área que no controlan las RSF.
OCHA mencionó ataques aéreos y uso de armas pesadas al describir los enfrentamientos que se extendieron al centro de la ciudad, las afueras del mercado principal y a los barrios, lo que dejó nuevas víctimas fatales y heridos entre civiles.
La escalada de violencia en las cercanías de la ciudad obstruye además el acceso de la ayuda, lo que aumenta el riesgo de hambruna en los civiles atrapados en la guerra.
La ONU estima que nueve millones de personas en la región de Darfur requieren asistencia humanitaria, mientras que a nivel nacional la cifra de sudaneses necesitados asciende a 24,8 millones, casi la mitad de la población.
De acuerdo con un estudio desarrollado en marzo, 7,7 millones de personas enfrentaban inseguridad alimentaria aguda o peor, entre el nivel tres de los índices del organismo que confirman una «crisis» o cinco que indican una «hambruna».
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