El documento busca encontrar soluciones, pero los expertos consideran el tema como una asignatura pendiente para el ente comunitario cuyos países miembros, a falta de una política común, adoptan las decisiones de forma unilateral.
El texto en cuestión no contó con la aprobación de Hungría ni de Polonia, dos miembros rebeldes y cuestionados por el mecanismo comunitario por temas relativos a los derechos humanos, la libertad de expresión y otros.
Por su parte, Austria y Eslovaquia también se opusieron, pero no en su totalidad, sino en determinados aspectos de la normativa.
La reforma, en esencia, refuerza los controles fronterizos e impone un sistema vinculante de “solidaridad” entre las naciones del bloque y entrará en vigor en 2026.
El hecho sucede en un contexto marcado por diferentes conflictos que afectan la región y provocan un éxodo a veces desproporcionado de personas que buscan evadir las consecuencias de la guerra, el hambre, la discriminación u otros flagelos en sus países de origen.
Tal escenario, al decir de expertos, hace necesaria una política común para enfrentar este fenómeno y más ahora cuando todos los sondeos proyectan un avance de los partidos de la extrema derecha.
El modelo aprobado por la UE, después de meses de discusión, establece un procedimiento obligatorio para controlar a los migrantes que llegan a las fronteras exteriores del bloque, donde deben ser registrados para determinar el procedimiento aplicable.
De esa forma, los que no sean aceptados serán retenidos en centros especiales de acogida mientras se determina su expediente en forma acelerada, para proceder más rápidamente con la devolución a sus países de origen.
Simultáneamente, determina la implementación de un sistema obligatorio de solidaridad como forma a ayudar a los países que reciben a muchos demandantes de asilo como Italia, Grecia o España.
La normativa, lejos de favorecer a los indocumentados, busca que aquellos estados que no puedan albergar a los solicitantes, proporcionen apoyo financiero a los países bajo mayor presión migratoria.
Hasta ahora, la nación de llegada de un migrante es responsable por tramitar la correspondiente demanda de asilo.
El Pacto se aplicará a los 27 miembros del bloque, aunque los detalles prácticos de su compleja implementación aún serán analizados en cada país.
En tanto miles de personas seguirán intentando entrar a territorio comunitario utilizando vías como el mar Mediterráneo, que según la Organización Internacional de las Migraciones, es la ruta más letal del planeta.
Según los datos de esa entidad, 28 mil personas migrantes fallecieron desde 2014 hasta agosto de 2023 al tratar de ingresar a la UE por esas aguas que conectan a tres de los seis continentes.
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