De acuerdo con la Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), al menos 79 mil sursudaneses corren el riesgo de sufrir niveles catastróficos de hambre, principalmente en zonas más afectadas por la violencia, el déficit económico o el cambio climático.
En ese contexto, los trabajadores humanitarios de Naciones Unidas en el terreno movilizan más apoyo para las personas desplazadas por los combates entre comunidades en el condado de Tambura, en Ecuatoria Occidental.
La OCHA estima que cerca de 26 mil habitantes de esa área han huido por lo que la mayoría de las zonas residenciales alrededor de la ciudad de Tambura están desiertas.
La situación resulta más compleja por la afluencia de repatriados y refugiados del conflicto en Sudán que pone a prueba los ya limitados servicios en los puntos fronterizos y en las comunidades de acogida.
Desde el inicio de la guerra en el vecino país, se registraron 670 mil recién llegados a Sudán del Sur, el 80 por ciento de ellos retornados.
El martes, la ONU confirmó que su llamamiento humanitario para 2024 para Sudán del Sur carece de fondos suficientes, lo que supone un desafío para los esfuerzos de respuesta.
Hasta la fecha, ese fondo sólo recibió el 11 por ciento de los mil 800 millones de dólares necesarios, unos 195 millones de dólares.
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